En su discurso de juramentación para un nuevo período presidencial, Nicolás Maduro dirigió duras críticas al presidente argentino Javier Milei, calificándolo como un “sádico social” y acusándolo de conspirar junto a Estados Unidos para desestabilizar a Venezuela.
Acusaciones de injerencia extranjera
Maduro vinculó a Milei con un supuesto intento de imponer a Edmundo González Urrutia como presidente legítimo de Venezuela, una situación que comparó con la autoproclamación de Juan Guaidó en 2019. “El imperialismo se volvió loco, están desquiciados en el norte y sus aliados en el continente botan baba de odio”, afirmó el mandatario.
Según Maduro, las acciones de líderes como Milei forman parte de una estrategia internacional para desestabilizar su gobierno y presionar por cambios políticos en el país.
Respaldo a la soberanía venezolana
Durante su discurso, Maduro aseguró que “ni ayer ni hoy nadie le impondrá un presidente a Venezuela”, refiriéndose a los intentos de varios gobiernos de desconocer su legitimidad tras las elecciones de 2024.
“El pueblo venezolano le ganó al imperialismo, al fascismo y a su diplomacia del engaño”, declaró Maduro, subrayando que su nuevo mandato representa la continuidad del proyecto bolivariano frente a lo que calificó como una conspiración internacional.
Las reacciones en la oposición venezolana
Por su parte, la oposición venezolana, agrupada en la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), calificó la juramentación de Maduro como un “golpe de Estado” y reafirmó su apoyo a González Urrutia como presidente legítimo.
En un comunicado, la PUD instó al pueblo venezolano a mantener una “resistencia democrática activa” contra lo que consideran una usurpación de poder, en línea con el rechazo internacional encabezado por Estados Unidos y otros países de la región.
La tensión entre los gobiernos de Maduro y Milei evidencia las crecientes divisiones políticas en América Latina, donde líderes de derecha e izquierda protagonizan enfrentamientos que trascienden las fronteras nacionales.
