Crónicas de un derrumbe: Bioherb y la trama de corrupción en Misiones

El escándalo de corrupción Bioherb en Misiones: producto distribuido sin aprobación de SENASA y con efectos tóxicos, vinculado a Carlos Rovira y su entorno.

Por: Liberto Fagundes

«Crónicas de un derrumbe»: El negociado del Bioherb vuelve a golpear con fuerza al gobierno renovador. Esta vez, con la contundencia de un bien fundamentado artículo del diario La Nación.

Ya no se trata de la denuncia, tal vez mal sustentada, de un diputado provincial, ni de un posteo errático de algún tiktoker libertario. En esta ocasión, uno de los medios de mayor credibilidad y circulación del país apuntó al gobierno provincial en su línea de flotación. En donde duele. Resulta difícil descalificar al denunciante. En esta oportunidad, no sirven las diatribas habituales del inefable Roque Gervasoni, ni funcionan los apremios —con cárcel incluida— del ministro Pérez, ni los relatos tipo Disney de Canal 12 y los tradicionales medios ensobrados.

En el mencionado artículo de la periodista Camila Dolabjian (La Nación), queda clara la secuencia y los pasos concretos que posibilitaron el millonario negociado. En cada uno de ellos hay un responsable político.

Bioherb y la trama de corrupción en Misiones: del discurso ambiental al negociado

El tema arranca con la supuesta preocupación del gobierno renovador por el cuidado del medio ambiente. En realidad, a los ideólogos del gobierno provincial poco les interesa la conservación del ecosistema; en cambio, sí el negocio que puedan realizar tras esa consigna. La Renovación pretende comercializar —es decir, monetizar a través de bonos de carbono y otros mecanismos— la conservación de la selva alto paranaense y la biodiversidad que ofrece nuestra naturaleza.

Decimos que en realidad no les interesa el cuidado del medio ambiente porque continúan financiando el Ministerio del Agro a través del FET (Fondo Especial del Tabaco), lo cual supone alentar un cultivo que consume gran cantidad de agrotóxicos y agroquímicos, sumamente perjudiciales para el ser humano, la fauna, el suelo y el agua. Este desinterés por el ecosistema que dicen defender quedó también demostrado al promover la utilización de un producto sin testeos previos, que resultó ser muy dañino para la microfauna del suelo misionero. Así las cosas, la supuesta preocupación por la conservación y preservación del medio ambiente es puro cuento. Es solo un rubro más de negocios del gobierno renovador.

Los Hechos

Era necesario generar el marco legal que permitiese comercializar el producto salvador del hábitat misionero, y tal vez mundial. A tal efecto, se sanciona la ley provincial de bioinsumos, plagada de obviedades sobre las bondades de los productos de origen orgánico. Esta ley, entre otras cosas, prohíbe el uso de glifosato en Misiones a partir de una determinada fecha (dos años que ya pasaron). Todo esto se difundió por medios oficiales, medios comprados, influencers, etc., como la panacea en la lucha contra los monopolios concentrados del glifosato. Con esta visión maniquea, dejaron a cualquier persona con una pizca de sentido común del lado de los “malos”. Otra acción comunicacional necesaria para concretar el negociado. También tiene responsables.

Luego, en paralelo, se promocionó hasta el hartazgo la radicación de la firma Agrosustentable en el Parque Industrial de Posadas. Otra vez el aparato de comunicación a todo dar. El conductor de la Renovación en primera fila durante la inauguración de la planta industrial, junto al joven inversor y a su propio hijo. Entre vaticinios y halagos, predijo que nacía el próximo unicornio argentino. ¿No será mucho?

Estaba generada la necesidad y estaba el producto, solo faltaba que el estado misionero lo adquiriese. Tarea sencilla para un gobierno prácticamente sin oposición y sin controles.

Fondos y autorización exprés: el camino allanado para Bioherb

El siguiente paso se materializó a través de un decreto del gobernador Herrera Ahuad: todas las instancias administrativas de la provincia debían allanar el camino para que Agrosustentable y sus productos se convirtiesen en proveedores del estado provincial. Las autorizaciones, verificaciones técnicas, proceso de compra, etc., se realizaron en cuestión de horas. Un estado muy eficiente…

Ya tenemos la necesidad de reemplazar al glifosato (la ley de Rovira), tenemos el producto Bioherb (producido por la empresa destinada a convertirse en unicornio, pero hasta ese momento de escasa facturación y casi sin empleados) y tenemos el cliente con todas las autorizaciones: el gobierno de Misiones. Solo faltaba determinar con qué fondos y cómo se distribuiría.

Irregularidades y consecuencias ambientales del caso Bioherb

Los fondos, como dijimos, provinieron del FET (Fondo Especial del Tabaco) a través de un plan operativo anual aprobado por el Ministerio del Agro provincial. La distribución gratuita para los productores, a través del IMAC (ex IFAI) y con la gestión de Gervasoni.

Así se cerró este millonario negociado. Pero algo salió mal. El tan promocionado producto Bioherb, que reemplazaría al criticado glifosato, no era un herbicida de contacto, tampoco sistémico, no tenía autorización del SENASA, no se fabricaba en Misiones y, básicamente, no controlaba ninguna maleza. Además, producía los daños medioambientales antes mencionados. Esto, ya de por sí, es un escándalo. Un estado provincial comprando por millones de pesos un producto no testeado, no autorizado por la autoridad científica competente, sin licitación pública y a una empresa con muy pocos antecedentes.

Pero la cosa no termina ahí. Investigando un poquito, resulta ser que el dueño de Agrosustentable (el próximo unicornio) es también socio en otros negocios del vástago de Carlos Rovira, líder de la Renovación. Todo esto es información pública y comprobable: desde el boletín oficial hasta el Registro Público de Comercio, pasando por los registros de la propia prensa oficialista. Si la justicia no actúa, es porque no quiere o no puede. Para el caso, es el mismo grado de complicidad.

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