Por Liberto Fagundes
La caída de Juntos Por El Cambio como herramienta nacional
Es un secreto a voces que Juntos Por El Cambio, como herramienta electoral a nivel nacional, no existe más. Muchos miembros importantes de lo que fuera el frente lo han admitido públicamente. El espacio no resistió dos derrotas electorales consecutivas (2019 y 2023), y afloraron con extrema virulencia las eternas internas radicales, la novel —pero no por ello menos desgastante— crisis que sufrió el Pro el año pasado, y los ultramontanos planteos de la Coalición Cívica. Se rompió lo que quedaba de affectio societatis y muchos dirigentes (las viudas), por interés o por desidia, se encargaron de dinamitar todos los puentes. No obstante, todo puede pasar y, como diría el filósofo de Anillaco, la política es el arte de lo posible.
El rol de los gobernadores: ¿un nuevo núcleo duro?
Por ahora, queda como núcleo duro de esas ideas y valores expresados en la palabra CAMBIO, el grupo de los gobernadores: diez dirigentes con poder territorial y con clara conciencia de lo importante que es mantenerse unidos, mitad por vocación, mitad en defensa propia. La conciencia histórica debería operar como generador de confianza entre los diez gobernadores, más los que quieran sumarse, y el presidente. De esa sinergia pueden emerger, en primer término, un fuerte acuerdo de gobernabilidad entre nación y provincias. Luego, una asociación más estrecha que permita planificar el marco de la puja electoral de los posibles presidenciables entre sí y con el actual presidente.
El desafío de la gobernabilidad y la sucesión presidencial
Si este armado logra acordar de manera sólida el sostenimiento del rumbo y la máxima previsibilidad posible en la sucesión del poder, estaríamos asistiendo al final de unos cuantos liderazgos consagrados pero pasados de moda, para comenzar a gozar de un período de estabilidad política y crecimiento económico. Obviamente, es mucho más fácil enunciarlo que concretarlo, pero, para la mayoría de los argentinos con vocación de no volver al pasado, este es uno de los caminos mejor vistos y con mayores posibilidades de éxito.
Misiones: la oposición atrapada en sus propios conflictos
Las divisiones internas: UCR, Pro, libertarios y Activar
En nuestra provincia, parece que solo los concejales mantienen la vocación de permanecer unidos para cambiar. Las autoridades partidarias y los diputados provinciales de lo que fuese JxC están fatalmente atravesados por las mezquindades que llevaron a la virtual desaparición del espacio.
El sector de la UCR que lidera Pianessi pretende armar un frente pequeño con lo que queda del Pro, pero sin libertarios. La conducción oficial del radicalismo, influenciada por el diputado Arjol, quiere armar algo más grande, con el Pro, Activar y libertarios auténticos sin influencias renovadoras. La conducción del Pro pretende —no se sabe muy bien desde qué lugar— liderar el armado de listas y la repartija de cargos en un esquema acotado. Las huestes de Activar quieren participar de la opción de frente más grande, pero con muy pocas posibilidades de incidir. Los libertarios sin influencias de Rovira sueñan con cortarse solos y que el prestigio de la gestión presidencial los impulse hacia arriba.
Una oportunidad histórica perdida por la oposición provincial
En fin, el panorama es complejo para un armado opositor exitoso. Es como si no pudieran, o les costara, salirse del rol que les asigna el conductor de la Renovación. Una verdadera pena que la falta de conciencia histórica, sumada a la ausencia de valores y principios, una escasa o nula formación intelectual y una alta dosis de venalidad, derive en la oposición más funcional que la Renovación y su líder puedan pretender, desaprovechando un momento de debilidad histórica del frente oficialista provincial.
