León XIV defendió el matrimonio y criticó el aborto en misa multitudinaria

Ciudad del Vaticano – Durante una misa ante 60.000 fieles de 131 países, el papa León XIV defendió el matrimonio entre hombre y mujer y condenó lo que calificó como “la libertad de quitar la vida”. El Pontífice exaltó el valor de la familia en el marco del Jubileo de las Familias, los Niños, los Abuelos y los Ancianos.

“El matrimonio es modelo del amor verdadero”

En su homilía, León XIV destacó que en las últimas décadas fueron canonizados esposos juntos, no por separado. Mencionó como ejemplo a Luis y Celia Martin, padres de santa Teresa del Niño Jesús, y a la familia Ulma de Polonia, mártires por amor y fe.

“El matrimonio no es un ideal, sino el modelo del amor verdadero entre hombre y mujer”, expresó el Papa, citando la encíclica Humanae vitae de san Pablo VI.

Según afirmó, este tipo de amor “total, fiel y fecundo” une a la pareja como “una sola carne” y la capacita para dar vida, a imagen de Dios.

Críticas al aborto y llamado a la unidad familiar

Durante su mensaje, el Papa lamentó que se invoque la libertad para quitar la vida. En clara alusión al aborto, afirmó que esa práctica traiciona la humanidad y divide a la sociedad.

“A veces, esta humanidad se ve traicionada cuando se invoca la libertad no para proteger, sino para herir”, advirtió.

León XIV recordó que “nadie eligió nacer” y que todos somos hijos gracias a un vínculo humano, libre y de cuidado mutuo.

Un mensaje de esperanza y paz para el mundo

El Pontífice resaltó que, aun frente al mal, Jesús sigue orando por la humanidad. Esa oración, dijo, sana heridas, reconcilia y da sentido al amor familiar.

Llamó a padres, abuelos, hijos y nietos a construir unidad en la vida cotidiana: “distintos, pero uno”, afirmó. Recalcó que de las familias nace el futuro de los pueblos.

Antes de la misa, León XIV recorrió la Plaza de San Pedro en el papamóvil y saludó a miles de fieles. Bendijo niños y recibió aclamaciones al grito de “¡Leone!”.

“En la familia se transmite la fe junto con la vida”

Dirigiéndose a los padres, los animó a ser ejemplos de coherencia y a educar a sus hijos con libertad mediante la obediencia. A los hijos, les pidió gratitud. A los abuelos, los exhortó a cuidar con sabiduría y ternura.

Finalmente, recordó que en la familia se transmite la fe como se comparte el pan, “de generación en generación”. Cerró su homilía con un mensaje de esperanza, evocando la unidad eterna con Dios y los seres queridos ya fallecidos.

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