El Tribunal Nacional de Ética de la Unión Cívica Radical (UCR) ha resuelto expulsar a los diputados nacionales Martín Arjol, Mariano Campero y Luis Picat tras su respaldo a los vetos presidenciales impulsados por Javier Milei, lo que generó un fuerte debate interno en el partido. La decisión se adoptó luego de que los legisladores apoyaran los vetos a la reforma de la movilidad jubilatoria y a la Ley de Financiamiento Universitario.
Una medida basada en la disciplina partidaria
El tribunal argumentó que las acciones de los diputados «lesionaron gravemente la dignidad del partido», según lo establecido en el artículo 53 de la Carta Orgánica Partidaria. En particular, se señaló como hecho crítico la reunión de los legisladores con el presidente Milei en la Casa Rosada el 10 de septiembre, un día antes de la votación que rechazó la reforma jubilatoria.
El fallo, aprobado por mayoría, busca reforzar la identidad partidaria y recuperar los principios disciplinarios dentro de la UCR, según afirmaron desde el tribunal. Esta medida refleja la intención del partido de mantener una postura unificada frente a las decisiones políticas a nivel nacional.
Una crisis interna en la Unión Cívica Radical
La decisión de expulsar a los tres diputados ha provocado una fractura significativa dentro de la UCR. Un grupo de 12 legisladores, liderados por figuras como Facundo Manes y Martín Lousteau, anunció su separación del bloque para formar un nuevo espacio político denominado «Democracia para siempre».
Este movimiento subraya las tensiones internas que atraviesa la UCR, donde las diferencias sobre el apoyo a las políticas de Milei han generado divisiones profundas. Según fuentes partidarias, esta situación plantea un desafío para el partido en términos de cohesión y representación frente a sus bases y la ciudadanía.
El impacto político de la decisión
La expulsión de Arjol, Campero y Picat también plantea interrogantes sobre el futuro del bloque radical en el Congreso. Al perder a tres de sus representantes, la UCR se enfrenta a un escenario político en el que deberá reconstruir su liderazgo y definir su estrategia frente a las políticas del gobierno de Javier Milei.
En un contexto donde el presidente busca implementar reformas de gran calado, esta decisión del tribunal radical marca un intento por parte de la UCR de reafirmar su autonomía política y su compromiso con sus principios históricos.
Con el escenario político nacional cada vez más polarizado, las consecuencias de esta medida no solo afectan a la dinámica interna del partido, sino que también podrían tener implicaciones significativas para la oposición y las alianzas políticas en Argentina.