Por Robert C. O’Brien
Si vis pacem, para bellum es una frase en latín que significa «Si quieres paz, prepárate para la guerra». Este concepto, atribuido al emperador romano Adriano, quien acuñó el axioma «paz a través de la fuerza», ha sido el pilar de varios líderes a lo largo de la historia, desde George Washington hasta Ronald Reagan. En 2017, el presidente Donald Trump revivió esta doctrina, dejando atrás una era en la que Estados Unidos parecía disculparse por sus acciones. Para Trump, ser pacificador no significaba debilidad, sino el uso de la fuerza como garantía de paz.
El Legado Pacificador de Trump
A pesar de las críticas, Trump logró evitar guerras y mediar en acuerdos históricos como los Acuerdos de Abraham, que acercaron a Israel y a varios países árabes. También fue pionero en un acuerdo con los talibanes que resultó en la reducción de bajas estadounidenses en Afganistán. Durante su mandato, ni Rusia, ni Irán, ni Corea del Norte desafiaron abiertamente a Estados Unidos, una muestra de la disuasión efectiva de su política de fuerza.
Realismo Con Estilo Jacksoniano
Un segundo mandato de Trump apuntaría a una política de realismo robusto, con aliados más seguros y adversarios temerosos de Estados Unidos. Esta visión, lejos de un aislamiento, se basa en un “América Primero” que no excluye alianzas. Bajo su administración, la cooperación con Japón, Israel y los Estados del Golfo se fortaleció.
El Creciente Desafío de China
El ascenso de China como potencia adversaria requiere una respuesta firme. Mientras la administración Biden ha enviado mensajes contradictorios sobre China, Trump abogaría por un “desacoplamiento” económico y tecnológico, aumentando los aranceles y limitando exportaciones estratégicas hacia el gigante asiático. Trump también considera fundamental el respaldo a aliados como Australia, Japón y Taiwán, y el fortalecimiento de ejercicios militares en la región para contener la influencia de Beijing.
Presión Máxima en el Medio Oriente
La administración Trump aplicó una política de “presión máxima” sobre Irán, logrando el respaldo de aliados como Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos. Este enfoque, según O’Brien, es necesario para contener la influencia desestabilizadora de Irán en el Medio Oriente y respaldar la seguridad de Israel sin forzar negociaciones poco realistas con Palestina.
Restaurando el Poderío Militar de EE.UU.
Bajo Trump, el ejército estadounidense aumentó sus capacidades, especialmente en misiles hipersónicos y submarinos nucleares, con el objetivo de contrarrestar las amenazas de Rusia y China. Su propuesta incluye una expansión de la marina y una revisión de los procesos de adquisición militar para optimizar el gasto y mejorar la eficacia defensiva del país.
Aliados Fieles, Adversarios en Guardia
Trump enfatiza la importancia de fortalecer alianzas con naciones democráticas, a la vez que critica la falta de compromiso de algunos países europeos. Su presión sobre la OTAN para aumentar el gasto en defensa resultó en una alianza más fuerte y preparada. O’Brien argumenta que una segunda administración de Trump reviviría la determinación global para enfrentar el eje antioccidental de China, Rusia e Irán.
Conclusión: Un Renacer Americano
Para O’Brien, la reelección de Trump representa la oportunidad de restaurar la “paz a través de la fuerza”, reviviendo la influencia global de Estados Unidos y asegurando su rol como defensor de la libertad y la paz mundial.
Fuente: O’Brien, Robert C. «The Return of Peace Through Strength: Making the Case for Trump’s Foreign Policy.» Foreign Affairs, 18 de junio de 2024. Disponible en: Foreign Affairs.
Esta traducción y adaptación es únicamente para fines informativos, respetando el contenido original publicado en Foreign Affairs.