Por: Liberto Fagundes
Una simple caminata por la costanera posadeña, o dentro de las cuatro avenidas y sus adyacencias, basta para tomar nota de la gran cantidad de edificios en torre que se están construyendo en la capital misionera.
Las obras que delatan una trama oculta
Así como la serie de los Juan Pablo, vinculados al driver y los hermanos Thomas, fueron la vedette de la primera década del siglo 21, ahora ese rol lo desempeñan las obras de la hija de un conocido constructor malogrado en un accidente aéreo. La figura habitualmente utilizada es la del fideicomiso, con una enorme demora en la entrega de los títulos de propiedad correspondientes. Así mismo, la escribanía, los ingenieros, arquitectos y constructores resultan ser casi siempre los mismos.
Es dable pensar que todas estas construcciones están vinculadas a personajes de la casta política. Constituye un tradicional mecanismo de blanquear fondos provenientes de la corrupción política. Estos nóveles desarrolladores inmobiliarios son o fueron funcionarios del gobierno provincial, de la entidad binacional Yacyretá, o diputados, senadores, etc. Lo cierto es que ninguno puede demostrar el origen lícito de los fondos. ¿Existe tanta gente en Posadas que puede pagar la cuota de un lujoso departamento en el pozo, en la costanera? Lo raro es que una vez concluidas las obras y entregadas las unidades, nadie las habita, permanecen vacías. Edificios carísimos con muy pocas luces prendidas por piso, señal inequívoca de que no están ocupados.
La dimensión del blanqueo: ¿más que corrupción?
Es tal la cantidad de edificios en construcción, que parece exceder la actividad de blanqueo tradicional de la casta política. En un momento del país donde el presidente Milei lleva adelante, a brazo partido, una política de ajuste y racionalidad en el gasto de los dineros del estado, haciendo foco precisamente en el alto grado de corrupción verificado en la ejecución de obras públicas, no parece lógico pensar que continuase el festival de la corruptela kirchnerista y renovadora. Estaría pasando otra cosa. Solo una parte de los fondos provienen de la tradicional corrupción política. El resto, si bien también están vinculados a las decisiones de la política, provienen de otras actividades ilícitas apañadas y facilitadas por el gobierno renovador. Posadas se convirtió, gracias a las gestiones del principal asesor económico y contador personal de Rovira, en la meca del lavado de activos de origen fraudulento.
Casos emblemáticos que refuerzan las sospechas
Antecedentes sobran. Recordemos el paso por Misiones del famoso narco-lavador mexicano Gregorio Sánchez Martínez, dónde tenía su domicilio fiscal y legal y en qué escribanía escrituró un campo de varios millones de dólares adquirido en Entre Ríos. Todo tapado gracias a la venalidad de la justicia. Los personajes son siempre los mismos. También hay que recordar el paso por nuestra provincia del doctor Chueco, abogado del condenado Lázaro Báez y su posterior intento de suicidio en un hotel de Encarnación, Paraguay. Había estado en Misiones por lo menos doce veces.
El Lear Jet de matrícula brasileña que llevaba ocultos casi setecientos mil dólares vinculados a los cuñados del driver. Liberado sin sanciones y prontamente silenciado el tema en los medios.
Narcos y política: un pacto que «garantiza» la paz
Tomando de ejemplo el caso Rosario, y buscando perfeccionar el negocio, la política renovadora le genera a los narcos las condiciones para transitar e invertir en Misiones el producto de sus fechorías, a cambio de que no comercialicen en territorio misionero. Que, a diferencia de lo que ocurre en la ciudad de Rosario, no existan disputas territoriales entre bandas y se evite la violencia callejera. Así, en Posadas «linda de nuevo», reina la paz y la armonía mientras se blanquean los dólares del narcotráfico y la política. Florecen hermosos edificios para permanecer cerrados.
El manejo total que ejerce el conductor de la renovación sobre la justicia provincial y federal, a través de jueces y fiscales seleccionados por él mismo, la política del miedo y la enorme corrupción que propició el ministro de gobierno en las cúpulas policiales, y la red de medios que maneja el contador Castaño, siempre dispuesta a proporcionar cobertura a cualquier acción delictual, generan el escenario ideal para que, a cambio de una jugosa participación, la mafia del narcotráfico opere en Misiones a la luz del día.